Barcelona perdió el primer clásico del año 2-1

El Clásico del Astillero se jugó, en su primer tiempo, como se espera de un partido que suele generar tanta expectativa. Los jugadores estuvieron a la altura y la disputa de la pelota, la intención de velocidad, la presión y esa vehemencia siempre necesaria.

El marcador dice 2-1. Es un resultado merecido, en cuanto al juego, porque hubo un dominador: Emelec. Controló el medio campo, generó tres ocasiones interesantes (una que se perdió Stracquarlusi a los 8' se podrá calificar de imperdonable).

Lo que nadie imaginó fue el modo cómo llegó el tanto de la apertura: a los 36', Pedro Quiñónez remató. No fue fuerte, tampoco lleno de efecto. Simplemente se le escapó de las manos del arquero Máximo Banguera.

Barcelona era ímpetu, que en los primeros minutos puso en aprietos a la defensa eléctrica. Pero con el pasar de  los minutos se fue diluyendo ante un Emelec más veloz, más preciso y más efectivo para acercarse al arco.

Que a Banguera se le perdone ese error si pocos minutos después tapó  una jugada de gol, ¿será posible?

Difícil. POrque a los 41 minutos, Stracqualursi ganó a una estancada defensa canaria y cabeceó con tal fuerza que ni el arquero más eficaz hubiera podido evitar.

Una figura es la destacada de este primer tiempo: Ángel Mena (Emelec), en el primer: complicado, veloz, hasta que se lesionó en una disputa por la pelota, que le redujo la capacidad. También Fernando Gaibor y Denis Stracquarlusi. Por el otro lado, Damián Díaz sentía la presión de la defensiva rival y fue una figura opaca (es el primer clásico que Díaz pierde).

Para el segundo tiempo, Emelec retrodeció las líneas y Barcelona intentó un poco más. Y si bien tuvo  un poco más el balón, fue una posesión sin efectividad. En contraaste, cuando Emelec atacaba se veía más peligroso.

El gol del descuento fue el mérito de esa voluntad: Un remate de Esterilla, a los 71 minutos, puso el marcador final.

Lo que nunca perdió el partido fue intensidad. Y eso se agradece. Y que así sea la revancha del domingo, en el Monumental.

Fuente: Bendito Futbol