Barcelona derrota a Delfín 3-1 de local

Las estadísticas se cumplieron. Se enfrentaban los equipos más eficaces en ataque y hubo más de un gol en el Monumental. Fueron cuatro en total. Delfín siguió en la racha de anotar en los primeros 15 minutos y Barcelona en el último cuarto de hora. Todo se cumplió.

Solo uno podía acortar distancias. Delfín a la hegemonía torera y Barcelona en la tabla de posiciones. Pasó lo último. Delfín se adelantó en el marcador a los 10m por un error de los centrales Xavier Arreaga y Robert Herrera, que chocaron entre sí y dejaron pasar un balón dirigido a Roberto Ordóñez, los laterales Mario Pineida y Pedro Pablo Velasco fueron a cerrarlo pero llegaron tarde y  la Tuka definió a placer ante el arquero Máximo Banguera.

El empate llegó a los 29m cuando Marcos Caicedo, por el sector izquierdo, envió un centro hacia la media luna, desde donde Fidel Martínez sacó un remate rasante de zurda y el balón entró pegado al palo.
Barcelona pudo adelantarse antes del descanso, pero Ángel Quiñónez estrelló el balón en el horizontal a los 40m tras un centro de Martínez.

También pudo haberlo hecho Delfín, pero Banguera desvió un remate cruzado de Sergio López a los 42m.
Sin embargo, la remontada torera se dio a los 44m. Tras el cobro de un tiro de esquina al que subieron los centrales toreros, Arreaga gambeteó en el área, sorteó a tres jugadores pero cayó, el balón lo tomó Herrera y de un puntillazo anotó el segundo. Los zagueros responsables del gol cetáceo arreglaron su deuda pendiente.

En el segundo tiempo el arquero Pedro Ortiz tuvo más trabajo. Se estiró para despejar un disparo potente de Quiñónez (51m) y estuvo atento a un remate de media distancia de Martínez (64m) que intentó sorprenderlo.

Delfín jugó con un hombre menos gran parte del segundo tiempo por la expulsión de Carlos Garcés (52m), que recibió dos tarjetas amarillas por reclamos al árbitro. Un duelo aparte, con morbo incluido, se centró en las bancas de suplentes. José Gavica dirigía su primer y único partido como DT interino de los canarios bajo la mirada del nuevo entrenador, el uruguayo Leonardo Ramos, que estaba en la suite presidencial con un radio comunicador en mano. Pepín -o Ramos- refrescó hombre por hombre sus líneas de medio campo hacia adelante con los ingresos de Calderón por Pérez, Vera por Alemán y Campana por Quiñónez.

Los cambios funcionaron. Vera recuperó un balón en su campo y emprendió el contragolpe, lo cedió para  Caicedo y este puso un gran pase para el joven Leonardo Campana, goleador de la Tri sub-20, que anotó su primer gol con Barcelona a los 83m. Los amarillos demostraban que hay vida después de Almada y mantuvieron el estilo de buen toque y constante ataque.

Mientras,  en la otra banca, Fabián Bustos, cuya negociación para dirigir al que fue su rival se frustró, pasó de la efusividad al celebrar el gol de apertura de los suyos a la desesperación cuando hizo los tres cambios de una sola vez cuando Barcelona ya lo había remontado.

Con este resultado, Barcelona sumó 18 puntos, uno menos que Delfín.  (D)

Tomado de: El universo